martes, 5 de agosto de 2008

PROFESOR DE KARATE: UNA LABOR DIFÍCIL
Con este artículo quiero romper una lanza a favor de esos Profesores de karate cuya labor no trasciende a las páginas de las revistas por no ganar sus alumnos grandes campeonatos, pero que día a día en sus clubs realizan una gran misión, educando, entrenando y desarrollando a numerosos niños y adultos a través de este deporte.
La labor de estos hombres y mujeres no es fácil, pues a menudo tienen que hacer que sus clases gusten a gente que busca en el karate un medio de defensa, un medio de mantenimiento físico, un método para relacionarse con nuevos amigos y muchas cosas más, sin permitir que el karate aparezca de forma equivocada y dentro de la disciplina y filosofía de éste. A menudo, todo esto no concuerda del todo con lo que la mayoría busca en este Arte Marcial, pero el profesor tampoco puede traicionarse a sí mismo, ni a su Arte y su labor se hace más difícil.
ANTE TODO EDUCADOR
Un profesor ha de ser ante todo un educador, debe ser un almacén de ideas que sepa transmitirlas alumno. No es necesario, como a menudo se piensa, que sea un gran competidor o que tenga un alto "Dan", esto lo único que le va a producir es una mejor propaganda que llegará más a la gente desconocedora del tema. Lo que debe tener es una gran capacidad para transmitir sus conocimientos, que por supuesto los debe poseer, de manera clara y con la adecuada progresividad, metodología, etc... El profesor ha de demostrar unas cualidades físicas y humanas también, pues el alumnos, a veces involuntariamente tiende a imitar al profesor en muchos aspectos. Este los debe conocer bien y descubrir qué es lo que verdaderamente tiene que dar a cada uno dentro del karate. Bajo mi punto de vista, el profesor debe saber mantener un ambiente agradable en clase que permita al alumno estar relajado y a gusto, pero esto dentro de la disciplina que un arte como éste tiene y debe tener. Un profesor debe idear las clases de forma amena, completa, teniendo en cuenta todos los aspectos del karate y la progresión deseada en relación con las actividades del club. La clase no es un minicursillo aislado, sino que debe guardar relación la anterior, con la posterior, con el ambiente, con la época del año... y siempre manteniendo un margen de improvisación por si hay gente nueva en clase, por si los alumnos piden algo especial o por si, simplemente, el profesor tiene un día desanimado por cualquier cosa.
Un buen profesor nunca dejará en ridículo a ninguno de sus alumnos mareándole con técnicas o preguntas, pero a veces el alumno adelantado sí intentará "cogerlo" en algo que éste no sepa. El profesor no se puede permitir el lujo de no saber algo, ya que a los ojos del alumno debe ser una máquina perfecta, y si en algo falla, el alumno creerá, injustamente, que su profesor es malo. De todas formas, siempre debe salir airoso de esas situaciones con explicaciones anejas que convenzan a su alumno y que hagan parecer que en esa pregunta, como en todas, su profesor lo sabe todo. Es triste a veces que el profesor tenga que recurrir a estos trucos de "zorro viejo" para salir a flote de situaciones que el alumno debería comprender normalmente.
Pero bien es cierto, también, que hay profesores que no merecen tal calificativo, enfocando únicamente el estilo y la forma de la clase a alguna faceta determinada, bien por gusto personal, conveniencia económica, publicidad... Estos no enseñan el karate verdadero, y a menudo esto hace que el espíritu del Budo se vaya perdiendo. Un profesor ha de saber cuándo las críticas que reciben son merecidas y cuándo no, y no cambiar la forma del karate y perder su espíritu simplemente para tener mayor aceptación en número, que es lo que le llenará cada mes el bolsillo. Yamaguchi Gogen, 10.º Dan, enfatiza, según dice, el karate como arma educacional, para él lo más importante es el ser humano y su estabilidad, y ésta la puede ayudar a través de la filosofía del karate.
CON EL ALUMNO Y NO CONTRA EL
El hecho de tener en los mismos grupos a alumnos interesados en el karate como competición, deporte, gimnasia, arte, filosofía..., así como principiantes, adelantados y superiores, hace la misión del Sensei muy difícil para agradar a todos.
Personalmente siempre he pensado que una clase no debe ser algo con demasiada y exagerada disciplina y dureza de ambiente, sino que al contrario debe ser algo a lo que los alumnos les guste asistir relajadamente y disfrutando, que, en definitiva, es a lo que se tiende y así debe ser. Pero claro tampoco se puede perder la tradicional disciplina del karate, ni se debe, que instituyó el maestro Kentsu Yabu hace muchos años ya. Ligeras bromas, amabilidad... ayudan a que el alumno, que generalmente ha "sufrido" ya ocho horas de trabajo antes de venir al Dojo, disfrute, aprenda y se desarrolle de manera natural, progresiva y voluntaria. Hay que estar con el alumno y no, como sucede a veces, contra el alumno. Se trata de gobernar una clase, no de "mandarla". El verdadero espíritu del Budo no se pierde por esto, dentro de unos límites, claro, pues éste, si es de verdad y profundo, se adapta a las circunstancias de cada individuo y profesor. Pero también debe saber cortar a veces una excesiva confianza que a la postre perjudicaría el normal desarrollo de la clase. Puede ocurrir, como se dice, que "des la mano y te tomen el brazo", y esto puede producir que el profesor retire incluso la mano, con lo que la clase puede hacerse aburrida, tensa e incluso insoportable.
El trabajo del Profesor puede llevarse a cabo de diferentes maneras como vemos, por lo que no estaría de más, a veces, las muestras un poco más cariñosas de los alumnos a los muchos profesores que día a día se esfuerzan por hacer una y otra clase trabajada, amena, distinta... y que se dieran cuenta los pupilos que podría no ser así, y que de hecho en muchas ocasiones no lo es. A veces, algunos profesores quisieran que sus alumnos pasaran una temporada con otros, para que después valoren y vean la diferencia de trato que existe entre muchos. Explicaciones, coloquios, diapositivas, películas..., son organizadas y expuestas a menudo con el deseo de agradar y completar la formación, pero también a menudo, no son valoradas como se debe. Y no es que se busquen palmaditas en la espalda, pero tampoco desea algunas "puñaladas traperas" que a veces recibe por parte de comentarios de sus alumnos.
Con frecuencia, los alumnos valoran el aprovechamiento de una clase por la cantidad de sudor que genera y así, las explicaciones, enseñanza de katas nuevos o ejercicios complicados que hay que hacer al principio lentamente, son considerados pérdida de tiempo. ¿No sería mejor que esos alumnos que sólo buscan sudar, hicieran unas sesiones sauna? Así el karate seguiría desarrollándose con todos sus ingredientes de manera normal.
Lo cierto es que se haga lo que se haga, nunca llueve a gusto de todos, y de eso deben darse cuenta los alumnos. El profesor de karate es una persona con interés, ideas y vocación, pero a veces puede perder parte de ello si el trato que se le da es injusto.
Es indudable que el karate y su clase deben funcionar con una importante dosis de disciplina, como corresponde a un arte conjunto, estructurado, con diferentes categorías. La disciplina ayuda además al progreso e impide que la clase llegue a ser un "caos". Todo el protocolo, saludos, reverencias, permisos para entrar o salir del tatami... ayudan al desarrollo mental a través del respeto, humildad... El alumno debe comprender esto y favorecer la tarea al Profesor. A menudo los "incordios", que siempre hay alguno en todo tatami, son los que luego se quejan de cosas. Pensemos todos un poco en eso.
Para terminar, quiero señalar dos casos generales que pueden darse, que se dan y que a menudo no se justifican en un Arte como el karate. Uno es cuando el alumno llega al nivel técnico de Cinturón Marrón. La cercanía de la barrera psicológica del Negro les crece y a menudo creen que están superando al Profesor, con lo que se vuelven a veces impertinente, maliciosos, arrogantes... incurriendo en los "males del Budo". En ese momento creen estar en un pedestal que les da derecho a "incordiar" al profesor, criticarle o corregirle. Si el profesor sabe tratarle y hablar con él, se dará cuenta el alumno de que el C. Negro es un paso más, y en vez de una llegado lo que es es una nueva salida en una carrera más larga e importante, y en la que su Profesor, a pesar de llevar un Cinturón del mismo color, lleva ya mucha ventaja.
El otro caso, y termino con él, es cuando un alumno aventaja por diferentes motivos a su profesor en grado, trofeos, etc... Esto no quiere decir en absoluto que su desarrollo como karateka sea mejor, pues tras la fase física y técnica, la espiritual es más importante y la que marca el verdadero desarrollo. a menudo los alumnos comentan el poco entrenamiento que su profesor hace en clase. No se dan cuenta, por ejemplo, de que a ciertos niveles algunas prácticas deben ser sustituidas por otras, de que en clase el profesor no debe de entrenar normalmente, porque desatendería la clase, porque su entrenamiento es diferente, no se dan cuenta de que aunque los alumnos de un turno vengan tres horas por semana, el profesor a menudo realiza veinte horas semanales de clase... De todas formas, y a largo plazo, creo que los alumnos deben sobrepasar técnicamente al profesor, por los nuevos métodos, por basarse en él y para que el arte no vaya cada vez a menos.
Espero con este artículo haber explicado un poco algunas cosas que la mayoría de los profesores han sentido alguna vez, y que éstos y sus alumnos lleven a feliz término cada una de las miles de clases de karate que día a día se dan en este país, ayudándose y entendiéndose unos a otros.

lunes, 4 de agosto de 2008

QUÉ ES LA JERARQUÍA?
La jerarquía es estar primero, irse de último y mantenerse hasta el final. Tener jerarquía en Karate no es saber más técnicas o katas que los demás, sino esforzarse al máximo por saberselas bien y por entrenarlas con todo nuestro esfuerzo.
Entre más jerarquía se tiene, mas se debe estar dispuesto a las preguntas de los demás, porque mayor es la responsabilidad que se adquiere, no sólo de hacer bien la técnica, sino de ser parte activa del Dojo y de entregarse a los demás compañeros. A medida que se va subiendo en la jerarquía del Dojo, mayor es la preocupación por hacer un mejor Karate, no sólo durante la práctica o el entreno, sino durante todo el día, durante toda la vida.
Jerarquía no es igual a liderazgo, porque yo podría tener cualidades de líder pero no estar posicionado arriba en la jerarquía. En el caso de Karate, ser un senpai no significa mandar a los kohai o tenerlos de menos, sino por el contrario, estar disponibles siempre para ayudarlos con sus dudas o preguntas, o simplemente enseñarles alguna técnica o kata cuando éste lo pida.
Los verdaderos senpais prestan atención a las necesidades de los demás y las del dojo, no dejan pasar ninguna oportunidad para ayudar en lo que se pueda hacer. Todo esto se debe hacer con lo mejor de cada uno, es decir, hacer las cosas lo mejor posible, con lo que se tiene. Si uno cree que no es lo suficientemente bueno para hacer algo y por esa razón no lo hace, esa persona no vale para nada. En cambio, si se realizan las cosas haciendo el mejor esfuerzo, aunque lo hecho sea poco, vale mucho, porque se hace sinceramente y con dedicación.
Las tareas pequeñas, a menudo muestran un gran corazón, como por ejemplo, comenzar la clase cuando el Sensei no está, ofreciéndole agua al que no tiene durante los descansos, servir la comida a los demás en alguna reunión del Dojo, etc.
Los verdaderos senpais son fieles a lo que creen: terminan sus tareas, mantienen sus promesas y completan sus compromisos dentro y fuera del Dojo. Tener jerarquía es comprometerse mantenerse firme y estable dentro del Dojo.
Los verdaderos senpais debemos mantener un bajo perfil, es decir no auto promoverse, ni llamar la atención de los demás, tratando de impresionar a los demás compañeros de entreno. Ser senpai/sensei no es igual a ser celebridad.
Los verdaderos senpais, debemos pensar más en otros que en nosotros mismos, en otras palabras, hay que tener HUMILDAD. No es pensar menos de, sino menos en nosotros mismos. Esta lucha debe ser diaria, para lograr hacer un mejor Karate siempre, cada dia.
Personalmente, como profesor de Karate, he entendido que es la jerarquía al ponerla en práctica, me he dado cuenta que ser alumno / senpai de un Dojo es completamente diferente a ser un sensei, muy diferente es dar el calentamiento de vez en cuando que dar las clases TODOS LOS DIAS, y no es simplemente dar las clases, es estar pendiente de los alumnos, conocerlos, convivir con ellos, etc.
Estar en lo alto de la jerarquía es:
Estar primero, irse de último y mantenerse hasta el final
Mayor responsabilidad dentro y fuera del Dojo
Participar en exhibiciones y torneos
Desayunar, almorzar, cenar, pensar, estudiar, soñar, tomar Karate
Buscar Karate en Internet
Acordarse del cumpleaños del Sensei
Aprenderse los nombres de todos los que forman el Dojo
Bailar en las fiestas del Dojo
Buscar la cohesión de grupo
Mantenerse fiel al Dojo
Dar el ejemplo a los que comienzan el camino del Karate
Ser parte activa del Dojo
Apoyar al sensei y a los demás compañeros del Gimnasio
Trabajar duro en lo que sea
Tener iniciativa para hacer las cosas
Hacer las cosas con la mejor actitud posible
LA JERARQUÍA NO SE RECIBE, SE GANA

Biografia del Maestro Asai

Biografia del Maestro Tetsuhiko Asai




El maestro Asai nació en Ehime, en la prefectura de Shikoku Japón, hijo de un padre policía. Criado en las afueras de la ciudad, Asai creció para convertirse en un muy fuerte, rápido y energético joven. De joven con frecuencia practicaba Sumo y a veces competía en el tradicional desafió de cinco hombres, siempre ganado.Tambien aprendió Judo, Kendo, y a usar la lanza de su padre. Aun de joven su habilidad atlética era fácilmente reconocida.
Un punto importante en su vida fue cuando tenía doce años. Un día vio a un boxeador pelear con un karate-ka y se asombro al ver como la patada del karate-ka inutilizo los posibles ataques de su oponente. Y por eso la imagen del karate se quedo plasmada en su mente. Este evento ocurrió justo después de la Segunda Guerra Mundial, en una época en que la comunidad japonesa no estaba segura de su futuro. El Maestro Asai quería ser tan fuerte física como mentalmente. Así que empezó a practicar Karate.
Estudiaba con empeño y finalmente pudo ingresar a la Universidad de Takushoku.Takushoku reconoció la gran determinación de Asai. Ciento cincuenta personas iniciaron el curso de karate con Asai pero después de un mes se redujo el número a solo unos cuantos. No había felicidad en el Dojo solo entrenamiento, por su constancia al maestro Asai se le otorgo el honor de vivir en el dormitorio del karate. Este era un honor por que los grandes maestros del Shotokan iban a practicar a Takushoku. El maestro Asai estaba feliz de convertirse en alguien realmente fuerte a pesar de las dificultades. Se comentaba que los únicos momentos en que no entrenaba era cuando dormía o comía.
El maestro Asai se graduó en 1958 y el Sensei Nakayama insistió en que continuara su entrenamiento. Así entro al programa Kenshusei (el curso para instructores). Fue la época de oro de la JKA, con muchos distintos participantes de fuerte carácter. El entrenaba con estas personas diariamente lo que cimentó su decisión de practicar karate toda su vida. El duro entrenamiento rindió frutos en 1961 cuando frente al príncipe se convirtió en el gran campeón de Kata y Kumite venciendo a los favoritos el Sensei Mikami y el Sensei Shirai.
Al terminar el programa Kenshusei, se convirtió en la primera persona en llevar el Karate a Taiwán. Después viendo el éxito de esta situación se mudo a Hawai para continuar con su enseñanza. Finalmente regreso a Japón para convertirse en el director técnico de la JKA y mantuvo esa posición hasta 1990.
El maestro Asai fundo la Organización Internacional conocida como Asociación Internacional de Karate de Japón, (IJKA por sus siglas en ingles), en 1990. Entonces fundo la asociación de Karate no lucrativa Japan Karate Shotorenmei (JKS), www.jks.jp, en el 2000. Como una medida para extender la enseñanza del Karate. Su objetivo es el desarrollo espiritual y no solo la técnica. Cree firmemente que el crecimiento de espíritu es el camino ala generosidad y respeto a los demás. También creo el Karate para discapacitados en silla de ruedas, pues cree que a través del servicio comunitario, el desarrollo será el mismo para todos y no solo para aquellos físicamente fuertes.
A pesar de que la JKS y la IJKA no son muy conocidas en los Estados Unidos, son reconocidas en otros países del mundo. Es actualmente una de las asociaciones mundiales con mayor número de membresías. El maestro desea expandir su presencia en los estados unidos especialmente en la región Oeste del país. Ha traído su enseñanza a California desde 2003 un importante seminario tuvo lugar en De Anza Collage en Cupertino, California en junio de 2004. Planea asistir a seminarios y examinaciones cada año e invita a todos aquellos Dojos interesados en pertenecer a cualquiera de estas dos organizaciones JKS O IJKA.
El maestro Asai ha dedicado gran parte de su vida a encontrar “El Camino”. Su trayectoria del Karate se ha comparado a una “Tormenta Eléctrica”. El Maestro dice: “Las personas deberían olvidarse de todo y dedicarse a alcanzar la meta que se han propuesto, las personas comunes no alcanzan a comprender esta forma de pensar, o de estar en este medio, y es esta clase de medio lo esencial para alcanzar el éxito”.
Es inusual que el maestro Asai hable mucho. Pero aun así, si se observa con detenimiento sus ojos se puede ver la profundidad de su sabiduría. Tiene ojos de águila, penetrantes, que reflejan la constancia de su entrenamiento. Conoce más de 150 katas y es técnicamente inigualable. El maestro Asai es un héroe del Karate en Japón y en todo el mundo.

Instructores JKS de Venezuela.

Mediante este articulo, nos gustaria presentarle al lector nuestra estructura, visión y misión, asi como darle la posibilidad de comunicarse...